Toxocariasis

Patogenia

La toxocariasis, está causada por la infestación de un ascárido intestinal común (Nemátodo) de los perros denominados Toxcara canis. El 80% de los cachorros entre 2 y 6 meses de edad, están infestados por este helminto. La infestación en el hombre es consecuencia de la ingestión accidental de tierra o alimentos contaminados con huevos diseminados por las heces de perros. Los niños muy pequeños que comen tierra o que están en estrecho contacto con cachorros, corren con un mayor riesgo de adquirir la enfermedad. Los huevos evolucionan a larvas en el intestino humanos, penetrando en su pared y alcanzando diferentes órganos, como el hígado, los pulmones, la piel, el cerebro y los ojos. Cuando las larvas mueren, se desintegran y provocan una reacción inflamatoria en el ser humano, puede adoptar alguna de las siguientes formas:

1. Larva migrans visceral: Causada por una infección sistémica intensa que normalmente aparece a los 2 años de edad. El cuadro clínico es de gravedad variable y consiste en febrícula, hepatoesplenomegalia, neumonitis, convulsiones y, en casos excepcionales, la muerte. En la sangre se detecta leucocitosis y eosinofilia importante.

2. Toxocariasis ocular: Cuando se sospecha de una toxocariasis ocular, hay que solicitar los valores exactos del test de ELISA, incluidas las pruebas con suero no diluido.

Cuadro clínico

Endoftalmitis crónica

Se presenta entre los 2 y los 9 años de edad, con las siguientes manifestaciones: Leucocoria, estrabismo o pérdida visual unilateral. Los signos pueden ser:

1. Uveítis anterior y vitritis.

2. Granuloma periférico.

3. La retina periférica y la pars plana suelen estar cubiertas por un exudado denso blanco – grisáceo, similar al “Banco de nieve” observado en la pars planitis.

El tratamiento a utilizar son los corticoides, perioculares o sistémicos, se utiliza para reducir la actividad inflamatoria. El pronóstico suele ser muy malo y en algunos casos requieren la enucleación. Las principales causas de pérdida visual son desprendimiento de retina traccional e hipotonía con atrofia del globo ocular, esta última por separación del cuerpo ciliar de la esclerótica por contracción de una membrana ciclítica.

Granuloma de polo posterior

La forma de presentación es con afectación visual unilateral entre los 6 y los 14 años de edad. Y los signos que conllevan, son:

> Ausencia de inflamación intraocular.

> Granuloma sólido, redondo, amarillo – blanco, cuyo tamaño varía entre uno a dos diámetros de la papila en el polo posterior.

> Entre los hallazgos asociados se incluyen bandas de tracción vitreorretinianas y desprendimiento de retina traccional localizado.

Granuloma periférico

La forma de presentación es en la adolescencia o en la vida adulta, con deterior visual por distorsión de la mácula o desprendimiento de la retina. En los casos no complicados, la lesión puede permaneces sin detectarse durante toda la vida. Los signos son:

> Ausencia de inflamación intraocular.

> Un granuloma periférico hemisférico blanco en cualquier cuadrante del fondo de ojo que se puede asociar a una banda vítrea que llega a la papila, causando “Tracción”.

Fig. 1 Pacientes con toxocariasis ocular. Hay fibrosis intensa, tracción macular y desprendimiento exudativo. Es muy normal que los vasos retinianos estén arrastrados hacia la cicatriz fibrosa desde la papila. La histología muestra el gusano en el centro de una inflamación granulomatosa en el espacio subretiniano. Esencialmente, se trata de un absceso eosinófilo, que rodea a la larva del segundo estadio del parásito. En este caso, con correlación clínica – histopatológica, se detectó un organismo de Toxocara intacto rodeado de abundantes neutrófilos, células epitelioides y células gigantes multinucladas


Fig. 2 Dos casos de presunta toxocariasis ocular. Obsérvese que la cicatriz vitreorretiniana atraviesa desde la papila hasta la periferia, donde se ensancha a una banda fibrótica mayor con vasos retinianos atrapados en el tejido fibrovascular, tracción e incluso desprendimiento localizado.


Caso clínico

Fig. 3 Se trata de una fotografía de fondo de ojo y un OCT. Donde muestran una lesión intrarretiniana blanca (Flecha, A) que sobresale de la superficie de la retina en la interfase vitreo-retina (A, E). Se realiza terapias antihelmínticas y esteroides en los siguientes 8 meses (B, F). Otro caso, donde se ve una lesión retiniana sobresaliente (Flecha, C), después de 4 meses (C, G) y luego de 2 meses con la monoterapia antihelmíntica, hay una resolución sin inflamación activa(D, H).


Debido a hallazgos con el OCT se ha logrado distinguir dos tipos de Toxocariasis: Una en estado de muerte del parásito y la otra con el parásito activo. El estado de granulación causado por el Toxocara muerto, se haya con inflamación excesiva inducida por una respuesta inmunológica al cuerpo de dicho parásito. El otro estado del toxocara, vivo, sobresale en la cavidad vítrea y no muestra reacción inflamatoria marcada (Fig. 3).

Referencias

1. Atlas de la retina de Lawrence A. Yannuzzi. Editorial ELSEVIER

2. HASHIDA, N., NAKAI, K. Y NISHIDA, K. Diagnostic Evaluation of Ocular Toxocariasis Using High-Penetration Optical Coherence Tomography. En el texto: (Hashida, Nakai and Nishida, 2014) Bibliografía: Hashida, N., Nakai, K. and Nishida, K. (2014). Diagnostic Evaluation of Ocular Toxocariasis Using High-Penetration Optical Coherence Tomography. Case Reports in Ophthalmology, 5(1), pp.16-21.

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