Orientación y movilidad III

Orientación y movilidad III
Desplazamiento en interiores y exteriores

Fig. 1 Orientación y movilidad


Requerimientos previos para desplazarse con seguridad

Desarrollo sensorial y cinestésico

La captación de la información perceptiva necesita de la interacción con el entorno, y sirve para establecer referencias encaminadas a la orientación y a la forma de decisiones para una movilidad segura.

Un buen desarrollo sensorial y cinestésico es la base para analizar e interpretar correctamente la información ambiental.

Por ejemplo, para que una persona con ceguera pueda realizar un cruce, necesita información táctil (Percepción de la textura de la acera, localización, posición y altura del bordillo a través del bastón), auditiva (Análisis del tráfico y toma de decisión de cruzar) y cinestésica (Percepción de la inclinación del pavimento, mantenimiento del equilibrio, alineación y ejecución del cruce en línea recta).

Comprensión de conceptos

Para situarse en el espacio, una persona con discapacidad visual, desde conocerse previamente los conceptos que lo caracterizan y los que le informan de su posición y de la de los elementos que lo conforman.

Por ejemplo, los objetos pueden estar delante, detrás, arriba, abajo, enfrente, a la derecha, a la izquierda, junto a..., lejos de..., paralelos, perpendiculares, al norte o al sur de..., a un metro de..., etc. Además, los espacios e itinerarios pueden tener forma de círculo, triángulo, cuadrado, ángulo recto o agudo, o de letra como la T, L, H, U, empleados principalmente para patrones de calles, manzanas, intersecciones o itinerarios.

Habilidades cognitivas

Las habilidades cognitivas que principalmente forman parte de estos procesos, van a ser:

> Atención y memoria.

> Análisis e interpretación de la información.

> Comprensión y ejecución de instrucciones.

> Representación mental del espacio.

> Resolución de problemas.

> Generalización.

Cuando están mermadas, o hay dificultad, disminuye la posibilidad de desplazarse de forma autónoma. En estos casos, los programas ajustarán los objetivos para consolidar los aprendizajes, por medio de:

> La memorización de características y referencias.

> La ayuda de otras personas para orientarse, realizar, cruces, encontrar objetivos.

> Las grabaciones (Problemas de memoria).

La orientación

La orientación es la capacidad sensorial y cognitiva que permite comprender la posición en el entorno. Según Millar (1994) la define como "Codificación en función de alguna forma de referencia", por lo que es preciso especificar la ubicación, la distancia y la dirección que describen la posición de un objeto en relación con uno mismo o con unos puntos de referencia o coordenadas externas o con ambos.

Principios de la orientación espacial

En cualquier desplazamiento, el individuo va respondiéndose a las siguientes preguntas estipuladas:

> ¿Dónde estoy?

> ¿Dónde está mi objetivo?

> ¿Cómo puedo llegar hasta allí?

Por lo tanto, para poder responderlas, van a entrar en juego tres componentes importantes, las cuales son:

> La actualización perceptiva.

> La disposición espacial.

> Los conceptos y sistemas espaciales.

Actualización perceptiva ¿Dónde estoy?

Al iniciar la marcha, es necesario procesar la información que proporcionan los sentidos, vincularla con la posición de la persona y relacionar entre sí los estímulos recibidos.

Todo ello permite tomar la decisión adecuada sobre el próximo movimiento a ejectura, y se va actualizando a medida que progresa el desplazamiento. Abarca:

> El esquema corporal.

> La utilización de los sentidos, incluido el resto visual.

> La capacidad para relacionar la posición del propio cuerpo con los objetos del entorno y percibir un objeto desde distintas posiciones.

Disposición espacial ¿Dónde está mi objetivo?

Las percepciones seleccionadas e interpretadas se convierten en marcas o referencias, que se secuencian para crear rutas que conducen a objetivos concretos.

Una persona con discapacidad visual debe conocer la ruta a seguir para llegar a un destino, y las referencias que le confirmen que va por el camino adecuado.

Conocimiento de conceptos y sistema espaciales ¿Cómo puedo llegar hasta allí?

El dominio de los conceptos espaciales (Izquierda - derecha, delante, detrás, paralelo - perpendicular) ayuda a mantener la orientación durante el desplazamiento, porque contribuyen a la estructuración y organización del entorno.

Una vez recogida la información de un espacio concreto, se ponen en marcha los procesos cognitivos que permiten su organización, simbolización y memorización, para poder evocarla en sucesivas situaciones (Huertas, Ochaíta y espinosa, 1993).

Esta información incluye la localización de los elementos del espacio, las distancias entre ellos y las direcciones lo que va forjando la representación mental del espacio o "Mapa cognitivo" (Tolman, 1948).

Componentes para mantener la orientación

El mantenimiento de la orientación, requiere no solo conocer la posición de los objetos, sino, además, actualizar lo que se va adoptando, con respecto a los mismos, durante el desplazamiento.

Puntos de referencia

Definidos por Hill y Ponder (1976) como "Cualquier objeto familiar, sonido, olor, temperatura o indicador táctil que se reconozca con facilidad sea constante y tenga una situación conocida y permanente en el entorno".

Se identifican por una o varias de sus características: Visuales, táctiles, olfativas, cinestésicas o auditivas. Tienen que diferenciarse fácilmente del resto de la información del entorno:

> Único (Reconocible).

> De fácil localización.

> Permanente en el espacio y en el tiempo.

Indicadores: Utilización de claves ambientales

Un indicador o clave ambiental es "Cualquier estímulo auditivo, olfativo, táctil, cinestésico o visual, que afecte a los sentidos y que pueda convertirse, con rapidez, en una información para determinar una situación o una línea de dirección. Los indicadores son:

> Ocasionales.

> Dinámicos.

> Utilizables en diferentes espacios.

Donde los puntos de referencia y las claves ambientales se van a emplear para las siguientes acciones:

> Establecer y mantener la dirección y las relaciones de distancia.

> Localizar objetivos específicos.

> Reorientarse.

> Alinearse para emprender una línea recta de desplazamiento.

> Obtener información sobre una zona equivalente.

Uso de puntos de referencias y claves ambientales

Las personas con discapacidad visual dependen de estos factores en mayor grado que las que tienen visión, pero los elementos ambientales no suelen ser estables y permanentes, por lo que no es sencillo encontrar puntos de referencia. Los puntos de referencia y las claves medioambientales que se utilizan principalmente son:

> Sonidos del tráfico.

> Sonidos propios: Se generan con la contera del bastón al caminar e indican la calidad del terreno, la ausencia / presencia de paredes, los obstácuos, etc.

> Indicadores solares: Su posición ayuda a interpretar el lugar en que se encuentra y la dirección en una calle.

> Indicadores del viento: En función de su procedencia, colaboran para identificar la ausencia / presencia de elementos, obstáculos, etc.

> Sonidos ambientales: Permiten identificar el tipo de entorno (Zonas comerciales, parques infantiles, patios de colegios, etc.).

> Presencia y ausencia de paredes: Sirve para detectar garajes, esquinas...

> Mobiliario urbano.

> Indicadores olfativos.

> Texturas y desniveles del terreno.

> Elementos específicos: El mar, la montaña, la municipalidad, una plaza importante del municipio, etc.

> Información visual: El color de las casas, la forma de los edificios significativos, los árboles, las vallas, la posición de los números y de los carteles en las calles, los letreros informativos, comerciales y las condiciones de iluminación son claves importantes.

Estructuras ambientales

Generalmente, las ciudades tienen una estructura lógica, organizada en barrios formados por un conjunto de "Manzanas" que, a su vez, reúnen edificio o grupos de edificios, separadas por calles paralelas y perpendiculares y organizadas con una disposición más o menos regular. En este entramado se encuentran también otros elementos diferentes y significativos: Plazas, bulevares, etc.

Estimación de distancia recorrida

Establecer la distancia exacta entre los puntos permite ubicarlos y relacionarlos. Puede realizarse con métodos objetivos (Cinta métrica), con los pasos o estimando la distancia que se recorre.

Calcular, aunque sea de forma aproximada, la distancia caminada es un importante recurso para una persona con discapacidad visual, porque le permite situar puntos de referencia y localizar objetivos sin tener que seguir una línea de referencia continua o contar los pasos.

El sentido cinestésico y, más concretamente, la "Memoria muscular", son responsables de esta forma de estimar la distancia recorrida, que es más efectiva que el resto de sistemas mencionados.

Métodos y ayuda para la orientación

En espacios interiores

El objetivo del aprendizaje de estos métodos es familiarizarse de forma sistemática con un espacio interior desconocido. Son útiles para conocer cualquier habitación, pasillo o planta de un edificio. Una vez entrenados, se podrá transferir la habilidad a otros entornos.

Método del perímetro

Se trata de reconocer un espacio recorriendo organizadamente su entorno, la cual estipula lo siguiente:

> Establecer un punto de partida, que será la referencia para relacionar los objetos y, también inicio y final de recorrido.

> Recorrer de forma sistemática, en la dirección de las agujas del reloj o la contraria, el perímetro de la habitación.

> Para conocer la disposición de los elementos situados en el centro, así como la relación entre ellos y de estos con las paredes, cruzará la habitación desde el punto medio de una pared, hasta alcanzar el punto medio de la pared opuesta.

> Finalmente, se realizará un recorrido similar uniendo las otras paredes, describiendo un recorrido en forma de cruz, puede realizarse igualmente desde las esquinas, con recorridos en diagonal (EN forma de X).

Fig. 2 Método del perímetro


Método de barras o cuadrícula

Se trata de realizar líneas de recorrido paralelas entre sí hasta abarcar un espacio en su totalidad, se utiliza cuando el recorrido central del método del perímetro no aporta suficiente información. Logra:

> Establecer un punto de partida o de referencia, en este caso es recomendable utilizar una esquina, desde este extremo en la pared, caminar perpendicularmente, hasta la pared contraria.

> Desplazarse por la pared unos pasos y caminar perpendicularmente hasta la pared contraria.

> Repetir los movimientos hasta llegar al otro extremo de la pared de referencia.

Es importante mantener siempre una buena alineación y la línea de dirección. Si fuese necesario se bordearán los objetos encontrados, utilizando simultáneamente la técnica de protección personal.

Fig. 3 Método de barras o cuadrícula


Familiarización con ayuda de otra persona

> La persona que guía explicará el tipo y la forma de la habitación, estableciendo un punto claro de referencia (Un punto de partida muy adecuado puede ser la puerta).

> Después, en el sentido de las agujas del reloj, irá enumerando al alumno los elementos de cada pared y los objetos que se encuentran en el centro.

> A continuación, será el alumno quién señale los objetos indicados, empezando por el punto de referencia.

> Cuando el espacio resulta complejo, pueden desplazarse juntos para realizar comprobaciones, como refuerzo a la explicación verbal.

Fig. 4 Familiarización con ayuda de otra persona


En espacios exteriores

Exploración independiente

> Partir de un punto inicial que será el de referencia (Suele elegirse una esquina de la manzana).

> Desde ahí, recorrer el perímetro de la misma, identificando cada lado con sus elementos propios (Dimensión, textura, tiendas u otros establecimientos, garajes, mobiliario urbano, sentido y dirección del tráfico, etc.).

> Repetir el proceso en cada tramo y con cada esquina. De entre la información percibida, seleccionar los puntos de referencia para obtener una imagen especial de la manzana.

> Cruzar a la contigua y repetir el procedimiento descrito.

> Continuar de idéntica forma con un grupo de manzanas que compongan un área o barrio determinado, formando la imagen espacial con una configuración determinada.

Exploración con ayuda de otra persona

> Para conocer un exterior, es necesario solicitar la información concreta que se necesita para crear la imagen espacial adecuada.

> Pedir una descripción verbal del área o zona, incluyendo información sobre: Las manzanas, con sus aceras y esquinas, y los elementos que los compone, las calles que conforman el área, su disposición y los espacios diferenciados.

> Solicitar, si es necesario, acompañamiento para recorrer y conocer el itinerario.

> Se pueden combinar los dos métodos y aplicarlos en función de las posibles situaciones.

Rutas según el tipo de orientación

Los desplazamientos pueden efectuarse utilizando dos tipos de orientación, que sirven para planificar rutas, recorridos o itinerarios. Se utiliza uno u otro en función de las necesidades y capacidades personales e implican distintos niveles de aprendizaje. Dependiendo del tipo de orientación, las rutas pueden ser:

> Concretas o memorizadas como consecuencia de un proceso repetitivo / memorístico.

> Configuracionales.

Rutas memorizadas

Son rutas específicas en las que se realizan itinerarios de un lugar a otro, mediante la memorización.

> Se establece el recorrido a realizar, secuenciando las referencias, la estimación de las distancias y los giros pertinentes. La amplitud de los detalles a memorizar y su orden dependerán del itinerario y de las posibilidades de cada persona.

> Se repetirá, remarcando en cada etapa los aspectos fundamentales antes descritos.

> La repetición se lleva a cabo hasta lograr la memorización de sus componentes y alcanzar su realización de forma autónoma.

Este modo secuencial no permite planear desvíos u otras rutas alternativas. Utilizar este proceso limita a la realización de rutas concretas, sin poder deducir relaciones espaciales no experimentadas de forma directa. Este es su mayor inconveniente, aunque en ocasiones es el único factible (Falta de capacidad, por decisión personal, etc.).

Si no se puede alcanzarse un nivel de seguridad suficiente, se prioriza que la persona se sienta autónoma, siempre y cuando conozca sus limitaciones en el desplazamiento y tenga recursos para resolver imprevistos que le impidan seguir la secuencia entrenada (Por ejemplo: Pedir ayuda a otra persona).

Rutas configuracionales

La realización de rutas por medio de configuraciones espaciales, permite inferir rutas alternativas, desvíos o etapas entre distintos lugares. La idea es:

> Establecer el recorrido a realizar, elaborando un "Mapa cognitivo" del entorno.

> Recoger referencias, indicadores y cualquier información que ayude a ampliar la configuración espacial.

> Integrar diferentes espacios en una globalidad.

> Relacionar cada elemento del espacio con los demás que lo componen, creando diferentes rutas dentro de él.

Este proceso se adquiere de forma gradual, comenzando en espacios sencillos y regulares para pasar más tarde a otros más complejos. Su riqueza consiste en que permite realizar diferentes rutas para un mismo recorrido, dotando de un nivel de autonomía más elevado. Pero no todas las personas pueden conseguirlo, ni tampoco al mismo nivel. Se puede lograr un proceso configuracional en un entorno simple y no en otro más complejo. Por este motivo, no es descartable la combinación de ambos, según situaciones y necesidades. De igual forma, una ruta planificada memorizando sus componentes puede resultar necesaria para un recorrido con gran limitación de referencias o claves ambientales, aunque se puedan realizar configuraciones espaciales en otros entornos.

Independientemente del proceso de orientación utilizado, existen una serie de pautas comunes para promover el aprendizaje de rutas:

> Seleccionar los elementos importantes que pueden constituirse en referencias o claves, eligiendo aquellos que proporcionen más información y que, previsiblemente, vayan a mantenerse en el ambiente de forma más estable.

> Organizar estas referencias y claves en una secuencia estructura de acciones, integrar su organización en la memoria y recuperar la secuencia cuando se necesite.

> Llevar a cabo el recorrido según lo planificado.

Posteriormente, el alumno valorará la utilidad que han tenido las claves y la idoneidad de la organización espacial adquirida.

La puesta en práctica de las instrucciones secuenciadas que guían el desplazamiento se ejecutará de manera efectiva cuando la imagen espacial concuerde con las percepciones recibidas.

Procesos de reorientación

En sus desplazamientos, las personas con discapacidad visual, están expuestas a perder la orientación por diversos motivos, tales como:

> Cambio inconsciente de la dirección.

> Errores en la transmisión o la recepción de la información de los puntos de referencia o las claves ambientales.

> Interpretación errónea de la información sensorial por despistes, contratiempo o ruidos, ambientales intensos.

Estas situaciones requieren que se disponga de recursos personales para su resolución y para recuperar la orientación.

Proceso de solución de problemas aplicado a la orientación

El éxito en la movilidad, depende tanto de la cantidad, relevancia, ajuste y especificidad de la información adquirida y recordar, como de la capacidad para resolver los problemas que se presentan. El proceso general de solución de problemas está formado por las siguientes etapas:

> Reconocer que existe un problema.

> Identificarlo, definiendo y analizando los componentes de la situación.

> Relacionar el problema con experiencias pasadas y formular hipótesis que podrían explicarlo.

> Analizar las posibles soluciones y las consecuencias de aplicar cada una de ellas.

> Elegir la mejor alternativa y ponerla en práctica.

Este proceso aplicado al entrenamiento implica:

> Hacer consciente al alumno de la desorientación, cuando no coincida la información.

> Si no se consigue, comprobar la distancia entre la que recibe del entorno y la que debería percibir.

> Analizar conjuntamente donde se ha producido el error y las acciones necesarias para volver al punto en el que se ha iniciado la pérdida, es decir, al de la última referencia conocida.

> Si la hipótesis y la solución planteadas son correctas, animarle a ponerlas en práctica.

> Si no es así, volver a analizar la información perceptiva para corregirlas.

> Si no es capaz de plantear la hipótesis correcta, el profesional le ayudará a regresar al punto inicial del error y analizarán conjuntamente las claves que ha utilizado erróneamente y las que debería haber empleado.

> Realizar el itinerario correcto y evaluar la ejecución.

Cuando existen dificultades para resolver situaciones de desorientación, deberá solicitarse ayuda de otras personas.

Estrategias de reorientación aplicadas a

1. En interiores:

  • Pararse.
  • Caminar en línea recta hasta encontrar una pared.
  • Siguiendo el perímetro, encontrar la puerta o un punto de referencia para ubicarse.

2. En exteriores:
  • Detenerse, manteniendo la posición de los pies en la misma dirección que se traía.
  • Pensar "¿Dónde estoy?. Analizar, poniendo en marcha el proceso de actualización perceptiva y los indicadores / claves, para comprender su posición (Tráfico, disposición de objetos detectados, sol, etc.).
  • Explorar el entorno para complementar la información (Cambios de terreno, puntos de referencia táctiles).
  • Volver sobre sus pasos hasta encontrar una referencia conocida y restablecer la marcha.

Si estas estrategias fallan, se debe utilizar la ayuda ocasional de otra persona. Hay que saber qué preguntar y cómo hacerlo, teniendo en cuenta sus posibilidades sensoriales, para que la respuesta sea útil.

Entrenamiento

Sesiones de entrenamiento

El profesional debe preparar previamente los espacios o rutas que se utilizarán, las cuáles contarán con los elementos que interesen. Deberá prever, y también aprovechar, las posibles variables que puedan interferir. Tener en cuenta que:

> Antes de realizar la ruta o itinerario, y una vez proporcionadas a las instrucciones, hay que asegurarse de que el alumno las ha entendido. Es útil que este las repita, corrigiendo los posibles errores y omisiones.

> El profesional informará de su posición durante la sesión y del nivel de intervención que tendrá (Correcciones, ayuda, etc.).

> Mientras el alumno progresa en la automatización de los aprendizajes perceptivos, el especialista confirmará, a través de distintas preguntas, que está utilizando correctamente los puntos de referencia / claves ambientales, y que realiza el proceso de actualización perceptiva.

> Es conveniente mantener una comunicación fluida con el alumno que permita recoger sus apreciaciones y analizar la adecuación de la información utilizada, de las dificultades encontradas y sus soluciones, sus sensaciones durante el itinerario, etc, y siempre ayudarle a reorganizar sus conclusiones.

Otros aspectos de aprendizaje

> La separación física paulatina entre alumno y profesional tiene mucha importancia, especialmente cuando se trabaja en exteriores, porque no hay control total sobre los obstáculos y situaciones imprevistas. El especialista irá tomando distancia de acuerdo con el grado de adquisición de las técnicas y habilidades que permitan al alumno resolver la situación con seguridad.

> En algunos casos, y especialmente en el inicio del entrenamiento en exteriores, el alumno puede mostrar un nivel elevado de ansiedad que, si paulatinamente no remite, precisará la intervención de otros profesionales.

> Cuando la funcionalidad visual del alumno varía en función de la luminosidad, se inicia el entrenamiento en las mejores condiciones, y, progresivamente, se realiza en otras más desfavorables.

> Los entornos de trabajo pueden ser cambiantes, tanto en sus elementos estructurales (Obras, objetos que interrumpen el paso, etc.), como en los que dependen del compartimiento de otras personas (Coches mal aparcados, conductores que salen del aparcamiento sin avisar, peatones que facilitan información incorrecta, etc.). El profesional debe estar alerta y concienciar al alumno de esta realidad.

> La práctica continuada y la exposición a numerosas y diferentes situaciones proporcionará mayor autonomía, pues la riqueza de experiencias contribuye a aumento de recursos.

Dependiendo de las características propias de la persona y del entorno en el que se desenvuelve, se aplican diferentes técnicas y procedimientos que se desarrollan a continuación.

Desplazamiento por espacios interiores

La adquisición de habilidades para el desplazamiento comenzará en espacios interiores, en un entorno amplio, rico en estímulos sensoriales y con diferentes elementos y estancias (Escaleras, ascensores, pasillos, habitaciones, iluminación variada) para poner en práctica las técnicas y propiciar la generalización a otros espacios. En algunos casos, por diversas circunstancias (Discapacidad añadida, problemas de salud, dificultades para el traslado), puede desarrollarse en el domicilio.

El entrenamiento en espacios interiores se puede realizar con y sin bastón, dependiendo de las necesidades personales, relacionadas principalmente con el grado y el uso de la visión. Independientemente de esto, el empleo de las técnicas de bastón se llevará a cabo en espacios interiores poco habituales, ya que en los conocidos la persona puede desenvolverse, generalmente, sin auxiliares de movilidad. Así, un programa completo podría seguir orden de aplicación en el procedimiento:

1. Técnica de acompañamiento en guía, simultaneando con la optimización sensorial, la introducción de conceptos y de habilidades básicas de orientación.

2. Desplazamiento en espacios interiores: Técnicas de protección, seguimiento de superficies, alineación, etc. Y, una vez interiorizados, combinarlos y aplicarlos a la localización de objetivos, a hacer rutas y a familiarizarse con pasillos y habitaciones.

3. Técnicas de bastón, integrados con las habilidades anteriores, incluyendo ruta más avanzadas en las que se contemple; uso de escaleras, ascensores, creación de representaciones espaciales (De una y varias plantas) con rutas alternativas y, por último, generalizarlas a otros espacios.

Acompañado de un guía

Para algunas cosas con discapacidades concurrentes, problemas de salud o de edad muy avanzada, la técnica para caminar acompañado de un guía, es la única que pueden utilizar para sus desplazamientos.

Esta técnica consiste en un código de señales corporales que, apoyando por indicaciones verbales, permite el desplazamiento con una persona con visión, con seguridad y eficacia, en distintos entornos y condiciones.

Técnica

1. ¿Cómo localizar al guía?: El guía contactarlo verbalmente o apoyando el brazo en él, para indicarle al alumno dónde se encuentra y para que pueda detectar su posición. Lo hará deslizando su mano por el brazo del guía hasta el codo (Fig. 5).

Fig. 5 ¿Cómo localizar al guía?


2. ¿Cómo cogerse del guía? (Fig. 6):

  • A sujetará a G por encima de su codo haciendo una pinza, de forma que el pulgar de A quede en el lateral exterior del brazo de G y los otros cuatros dedos en parte interior, se debe sujetar con firmeza pero sin apretar demasiado.
  • G llevará el brazo relajado, bien el ángulo recto o dejado caer.
  • Los hombros de ambos deben ir en paralelo.
  • El brazo de A estará en ángulo recto, lo cual le obliga a situarse medio paso por detrás, esto es muy importante para garantizar la protección.

Fig. 6 ¿Cómo cogerse del guía?


3. Paso por lugares estrechos:

  • G dirige su brazo hacia atrás desde el hombro, para avisar con esta señal de la llegada a un estrechamiento.
  • A se coloca detrás de G, estirando su brazo para distanciarse y no pisarle.
  • Se reduce el ritmo de la marcha (Fig. 7).

Fig. 7 Paso por lugares estrechos


4. Escaleras:

  • Al llegar a una escalera, G se parará brevemenete para advertir del inicio de la subida o bajada.
  • Iniciará el ascenso o descenso, e irá un escalón por delante.
  • Al finalizar el tramo de escalera, G se parará (De nuevo brevemente) para indicar que ha terminado, es conveniente que el último paso sea más largo, para que A no quede muy cerca del borde, si se pacta con él, otra alternativa sería dar un paso antes de pararse, lo que le proporcionará mayor tranquilidad al alejarse del desnivel del último escalón (Fig. 8).


Fig. 8 Uso de escaleras


5. Localizar asientos:

  • Se le indicará verbalmente la situación del asiento o bien se le colocará la mano en el respaldo, para que calcule la altura y la posición (Fig. 9).
  • Si se aborda el asiento de frente, G aproximará a A hasta que la parte anterior de las piernas de este tome contacto con el asiento, comprobando así que está libre. A dará entonces media vuelta para sentarse.
  • A buscará la mesa, sacará la silla y la explorará antes de sentarse, por si hubiese algún objeto en el asiento.


Fig. 9 Localizar asientos


Bibliografía

1. Cátedra de Baja visión, 2015, "Orientación y movilidad III".

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